lunes, 30 de mayo de 2016

Carolina Cárdenas Jiménez. Los poemas

Introspección

Soy agua
que resbala por las grietas del mundo.
Soy árbol, raíz anclada a la tierra, al tiempo.
Soy sonido que vuela por los campos escuchándose,
y silencio que aletarga atardeceres.

Sin embargo, a veces, no quiero ser agua
que viaje por el caudal de la existencia,
sino tumbarme en el césped,
desprenderme de mi misma en la noche.
Intentar ser invisible,
navegar en mis oídos.
Convertirme en ráfaga de tiempo
que al final se hundirá
en las profundidades de los sueños
inventados por la muerte.



Ojos cerrados

Sutil te sumerges como un pétalo en mi boca,
levitan tus manos sobre mi piel, águilas hambrientas.
Un cálido viento recorre mi cuerpo
haciéndome olvidar que existe un tiempo.
Somos uno cuando cerramos los ojos
y el cielo con sus estrellas cae sobre nosotros.



Un lunático

Woody Allen se encuentra encerrado en el baño hace más de media hora. Al otro lado de la puerta, Mary le dice que salga, que no tiene nada de qué preocuparse, que el hombre está a kilómetros del hotel. Ella deja resbalar su mano en las hendiduras de la madera y de su incomprensión, al tiempo que los minutos se desvanecen entre sus palabras y el estado neurótico de él. "Woody, por favor, sal.  Nada te va a pasar". Parece que sus palabras se quedan en el aire y son atrapadas por una nube que no les permite traspasar la puerta. Insiste una vez más: "¿Me oyes? Respóndeme, necesito saber si estás bien."  Escucha un murmullo. "¿Qué dices?"

Ella está desesperada, no comprende su silencio, ni sus murmullos y la mirada temerosa que tenía cuando vio al hombre. Mary, sin poder soportar la situación, le dice: "Ah, me voy, nos vemos más tarde".  No alcanza a tomar su bolso cuando Woody abre la puerta y la detiene: " No me dejes solo. ¿Acaso no viste la mirada que me hizo ese hombre cuando se me acercó?". Se dirige hacia una de las ventanas gateando  "¿Si escuchas?, abajo se oyen voces, debe ser él. Tal vez sea un crítico inconforme, que no le gustó...Historias de Nueva York...Su mirada era tan extraña...la de un psicópata. Sí, eso, es un asesino en serie que está cansado de mis historias".
El teléfono suena. Ninguno le presta atención, así que él sigue hablando. Ante su perturbado carácter, Mary le dice: "Por favor, cálmate, nada va a pasarte. Afuera no hay ninguna persona, créeme". El teléfono no para de sonar, así que ella contesta: "Hola... ah, ¿está seguro? Descríbamelo de nuevo... oh, entiendo. Gracias, ya bajo".  Mary cuelga y lo mira a los ojos: "El hombre está aquí". Asustado, se acerca a ella: "Es un lunático, te lo dije". Al verlo aterrorizado, acaricia su espalda "Tranquilízate, yo voy a bajar. No creo que me vaya a asesinar en la sala de espera y frente a una decena de testigos". "Pero que tal que sea un kamikaze" "Siempre inventando historias. Quédate aquí tranquilo, ya vuelvo, no me demoro".

Muy rápido, Mary, abandona el lugar. Woody empieza a acariciarse la cabeza. Se sirve un whisky, luego otro y otro más. A lo lejos escucha unos pasos. Asustado ve cómo se mueve el picaporte y se abre la puerta suavemente. Pra su tranquilidad, es su querida Mary muy sonriente: "sabes quién es ese "loco". Un escritor que quería obsequiarte unos de sus libros para que lo leas y le des una opinión". Woody Allen sonriendo le responde: "Ah, pero si ves que no estaba tan equivocado, es un lunático"


                                          Carolina Cárdenas Jiménez

Carolina Cárdenas Jiménez. La entrevista

Las palabras crearon el mundo, lo iluminaron.  En ellas reposa el sentido de la existencia.
Carolina Cárdenas lo sabe, lo profesa.

Su voz poética es instintiva, observa la vida con el asombro que tiene la mirada de la infancia. Ella se interna en las entrañas de la noche, la explora, la acaricia, escribe en el reverso, devela los misterios de la otra orilla.


A continuación nuestra séptima poeta invitada a Claroscuro nos confiará algunas de sus apreciaciones sobre poesía.


*¿Qué es la poesía?


La poesía es una forma única de nombrar la realidad, una manera de ser libre, ya que nos da la posibilidad de inventar otros mundos. La poesía tiene la opción de darle un sentido a la existencia, puesto que es un ejercicio catártico que puede liberar a cualquier ser humano del acontecer agónico y doloroso. El texto poético al limpiar el espíritu nos muestra un camino renovado de los días. Es un canto a la belleza, y al tiempo es una invocación a la reflexión, al pensamiento. Es decir, el vehículo que usa para nombrar otros universos es dionisíaco pero su fin es apolíneo.

Como diría Nietzsche en su obra El nacimiento de la tragedia: "Lo apolíneo es imaginación, sueño, razón, imagen, medida, claridad y luz. Mientras que lo dionisíaco es embriaguez, caos, música, desmedida y oscuridad. Ellas son las dos grandes fuerzas primigenias e inherentes del universo y la naturaleza del ser, que se contradicen, pero que se necesitan mutuamente para existir".



* Tú que tienes el conocimiento y la experiencia como instructora en talleres de poesía ¿Es valorada en nuestra sociedad la formación de nuevos escritores?


Entre las personas cultas y educadas si se hace evidente una valoración inmensa por la enseñanza de la poesía y la narrativa. Los maestros y rectores demuestran mucho gusto e interés porque sus alumnos se interesen en la poesía, la ven no sólo como un camino para acercar a los jóvenes al mundo de la sensibilidad sino también consideran que la poesía construye entre ellos un pensamiento más complejo y los acerca al universo de las ideas.

La poesía, además de ser luz, color y trazo: belleza, es indudablemente un sendero en el que se transita hacia la abstracción del todo.



*¿Qué importancia tiene la poesía para el hombre como individuo y para el hombre dentro de una comunidad?


La poesía siempre será una epifanía, un susurro y una respuesta del universo. El sentido de la poesía para la humanidad es iluminar su espíritu y al tiempo embellecer su realidad.
La palabra poética al nombrar la realidad de otras maneras, posibilita al ser humano acercarse a la esencia primigenia de cada cosa y ser.  
La poesía es palabra sagrada para el individuo que se sienta a la orilla de una montaña y a la sombra de un gigante árbol va leyendo o escribiendo poesía. Es palabra sagrada para la comunidad que aprende a contemplar el devenir y a la vez escucha su eco venido de otros mundos.



*¿Cómo fue tu encuentro con la poesía?


Creo que fue siendo muy niña, recuerdo que a los tres años me gustaba asomarme por la puerta de la casa, contemplar el paisaje en la distancia. El poeta se deleita observando el mundo como un niño. Y hablando de un momento más concreto, quien me acercó a la poesía fue la maestra de Español: Zayde Barreto. Estaba en séptimo, en secundaria, la profesora nos pidió escribir un poema, cuando revisó mi ejercicio dijo que era una buena propuesta. A partir de ese día empezó la maestra a prestarme libros, a apoyarme para que siguiera escribiendo. Me hacía participar en Concursos Intercolegiados. Habló con el director del área sobre mi escritura, entonce él también empezó a prestarme libros, incluso me propuso como directora de la revista de Literatura del colegio.



*¿Qué es la poesía en tu vida?


La poesía es una salvación, una manera de darle un sentido poético a la existencia. El poeta percibe con mayor fuerza la realidad. Un crepúsculo para el poeta es un momento mágico, un instante donde las sombras del olimpo cubren el cielo con su manto y así cada cosa puesta en el mundo se aprecia como un acontecimiento asombroso.

La poesía es una revelación de nuestro espíritu y del universo; es decir y sentir las cosas desde las entrañas, es actuar por el impulso de no tenerle miedo a la vida.


La invitada



Carolina Cárdenas Jiménez.  Escritora y poeta colombiana.

Especialista de Creación Narrativa de la Universidad Central. Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital. Egresada del Diplomado de Escritores de la Universidad Central (TEUC, 2006) gracias a una beca. 

Experiencia como directora y editora de la Revista Literaria Gavia de la Universidad Distrital , la cual fundó en el año 2005. Ha publicado su obra en revistas universitarias.

Ganó el concurso de cuento (2006) de Estímulos a la Creación Artística (Localidad de Kennedy) con el libro Parajes inesperados.   Publicó el cuento Un desconocido, en la antología de cuento Cenizas en el andén (2009).   Ganó el segundo puesto en el II Concurso Nacional de Cuento El Túnel (2011) con el texto A la deriva.    El poema La danza de las moscas fue publicado en la antología del taller de poesía del Colegio Gimnasio Moderno (2012).    Quedó entre los finalistas en el Concurso Nacional de Cuento La Cueva con el texto Mañana será otro día.   Publicó Somos náufragos (2013).

Sus cuentos y poemas han sido publicados por El Espectador (Colombia) y el periódico Co Latino (Salvador).  Publicó poemas en la Revista Datura del Salvador (2014) y en la antología poética latinoaméricana del Salvador (2015) y en la antología Lo que mora cerca del origen, XXI Encuentro Internacional de Poesía Cereté (2015), Co Latino, suplemento tres mil, El Salvador (2015), Puesto de Combate, Colombia (2015). 

Actualmente columnista del periódico El Mañana (México).

Pintora, entre sus técnicas más usadas se encuentra el acrílico, el pastel, el carboncillo y la tinta. Sus dibujos han servido para ilustrar algunos de sus cuentos. Ha participado en diversos Encuentros de Poesía, que se han dado en Tabio, Facatativá, Venezuela, Bogotá, La Habana, Cereté, El Salvador. 

jueves, 26 de mayo de 2016

Carmen Jurado Torresquesana. Los cuentos

"...Cuando la luciérnaga se apagó, tuve miedo, Jonás. tuve un miedo antiguo, de los que se enraízan más allá del vientre de nuestra madre, un miedo ancestral de arterias que se desprenden de la Fuente... un miedo que no sé explicar, carmesí, como la oscuridad que tanto asusta a los niños mal rematados. Así, sin quererlo, me recuerdas que el verdadero peso se mide en la ausencia, que por breve que sea es siempre agujero a la altura del pecho, un agujero más.  Lejos de mi siento temblar tus huesos, será que como los míos, últimamente piensan un poco en la muerte... Será que me pesas... a mí, que tanto he querido soltarme los apegos. No tengo remedio".

Fragmento de Cartas a Jonás, 2013




Os voy a contar un cuento...Un cuento...no para dormir, sino para que os despertéis cuanto antes...Un cuento sin desembocadura, un túnel a ningún lugar...Otro cuento infinito.

-¡Dame ESO!-resopló Madre Agria, como un fuelle, arrebatándole a su hija de un zarpazo lo que por todos los medios pretendía ella esconder de su vista.  Niña Rata la miro con el ojo feroz...Su pupila roja se dilató en ese instante al ver morir en las manos de su madre el fruto de otra noche.  (Os hubieseis asustado si la hubieras visto como la vi, con mi ojo secreto-el de la nuca, por donde entró la bala- desde el retrato en el que aparezco yo de espaldas sosteniendo una colmena en el regazo, entre ellas dos, que ocultan el rostro tras sendos antifaces negros.)  -¡ Ay hija! ¡Cuanta imaginación tienes!- le reprochó agitando vehementemente la cabeza mientras arrojaba al fuego el rollo de papel, escrito por las dos caras, con aquella letra diminuta y apretada, de rata, que decían todos.

Madre Agria desprendía un olor peculiar cuando se enfrentaba a su hija, como a amapola sudada, y a queroseno... y a cable quemado también...y a otras cosas sin nombre.   Y lo hacia cada amanecer, cuando el sol abandonaba su cripta vestido de verde y miel, elevándose sobre la raya muerta que separaba los dos tonos de gris-horizonte...lo llamaban los viejos-.
En su interior -eso nadie lo sabía, salvo el omnisciente administrador de la palabra- Madre Agria sentía como centrifugaba su útero, gestando abisales criaturas de sombra, pero sus enaguas,, la fruncida falda y el delantal de delfines que le cubrían el vientre, lo ocultaban, porque Madre Agria sabía disfrazarse muy bien, con varias capas, como todas, para no levantar sospechas.  En cambio Niña Rata dejaba ver sin reservas lo que le había tocado ser, soplando certeza sobre las sospechas levantadas, para airearlas, negándose a enrollar bajo el vestido de lino su repugnante rabo pelado con el que abatía los horribles jarrones de mamá en cada huida... -Demasiada imaginación hija...demasiada... ¡Pero yo haré que te canses!-añadió amenazante con esa mirada pantanosa de los ojos verdes que se han echado a perder engullendo muertes y cardos.  -Y una mierda- replicó por dentro Niña Rata, siempre lo hacia, salivando espumosa furia, mientras roía con sus incisivos la tercera de las cuatro esquinas de la mesa por no contestar: "No madre, no me cansaré." (Oh, si la hubierais visto como yo la vi, con mi ojo secreto-el de la nuca, por donde entró la bala-...con su ojo feroz clavado en Madre Agria.. .y el sumiso azul turquesa, vuelto al sol...que hacia un ruido de polea oxidada al elevarse , cada vez más chirriante).

Un amanecer más, madre e hija ejecutaban el mismo ejercicio redondeando el círculo... secuestro, furia, incendio y...¡golpe! -¡SAL DE AQUÍ DE UNA VEZ!-chilló Madre Agria fuera de sí, en posición de propinarle el primero.  El palo de aluminio de la escoba se dobló al impactar contra el cráneo de la niña.-¡PARA YA!-se mezclaba el óxido de las poleas con el metal del chillido... Otro golpe... Niña Rata roía más deprisa... -¡No quiero volver a repetírtelo!-otro...¡PARA YA!¡ME ESTÁS DESTROZANDO LA MESA!   Y dos golpes más que sonaron como dos gotas de sangre al caer en un caldero vacío.  No había en aquella casa un solo objeto con las esquinas intactas. Todos los cantos estaban roídos, desesperadamente roídos, y todas las paredes escritas con palabras rayadas.  Niña Rata obedeció al fin, apartando el hocico de la mesa y de un salto salió de la sala donde la chimenea veía morir cada día, al despuntar el alba, su labor. Tan rabiosa estaba que no notó la caricia del ángel que le revolvió el pelo al pasar junto a ella. Pero Madre Agria si vio el ángel y sintió...terror. Entonces, inesperadamente, el sol se soltó de la polea.

Fragmento de "Otro cuento infinito"


La canción en élfico

"...Perjuraron amor cuando llovimos sangrantes sobre sus cabezas y les dimos a sus bucles cenicientos el rojizo rubor, y al blanco de sus ojos en éxtasis un escorzo de luminoso carmín, y al arco del soportal del labio tembloroso una puntada.
Nos eligieron entre un mar de peces, por ser de los abisales -monstruosos- y portar en la frente un cuerno de luz...

Festejaron el encuentro con un millón de gominolas y ramas verdes.  Aseguraron haber dormido en la misma celda sobre la marca que nuestro cuerpo dejó.   Nos llamaron "amiga", "hermana", "mi amor", "la mitad de mi alma", "sangre", "reflejo"... "dolor".  Nos pusieron nombres nuevos, nombres de asesina, diosa, cortesana, nodriza, nombres de asteroide, de suburbio... De bestia que nunca existió.

Como mantram vibraron en sus voces , y sin ser nunca nuestros nombres llagaron sus lenguas florecidas.  Nombres que duplicaron el peso de la atmósfera sobre nuestras coronillas y aumentaron la vistosa giba que hoy cargamos.
Así creyeron reinventarnos donde no teníamos carne, y tomando el barro nuestro en sus manos untadas de miel llevándoselo a la más grande de sus bocas -después de haberse tragado las abejas y el panal- 
A imagen suya nos soñaron mientras nos soñaron... Mas... no duran mucho los sueños.
Amor...  Amor pixelado, vinculado a la electricidad caprichosa  y a la pereza que roía melosa el lóbulo izquierdo del furtivo cazador, confinado en un archivo secreto de pornografía imaginaria y carne sin calor. 
¡Se hubiesen dejado cortar la sombra de su mano recaudadora por defenderlo!
¡Hubiesen desollado a quien hubiera osado asomárseles por el agujero del vientre desenmascarando su nada!.  Después su "amor", ahito de fuego fatuo y médula, contrahecho, empalagado...se enrolló en si mismo como el bicho bola que era y dejó de mentir... Bueno fue que así fuera.  Aligerada entonces, la fragancia de la planta carnívora en la masacre, permaneció en la memoria del agua por un instante, su silueta feroz...  E incrementándose nuestro saber acerca de las pequeñas cosas y nuestra ya descomunal ignorancia  acerca de lo Grande". 
Esto fue lo que la niña de la olla cantó mientras en la oscuridad arrastraban el pesado cuerpo del Gato. Pero lo cantaba en élfico. Porque en élfico todo suena mejor y casi nadie lo entiende...  

Tampoco ella sabía bien qué quería decir la canción, pero era algo que debía cantar cuando se apagaban las luces y se arrastraba a alguien.  Solía acompañarse tocando el triángulo, para lo cual, tenía que dejar el murciélago de peluche en el suelo que la miraba embelesado, desde donde la mirase, con sus ojitos de japonés, y retirarse las largas mangas que le cubrían las manos y mostrar sus curvadas uñas pintadas de verde.  El triángulo lo tocaba muy bien.
Y yo me dormí... porque al final, después de todo. ya había aprendido a hacerlo.


Fragmento de "Otro cuento infinito"




                                              Carmen Jurado Torresquesana

Carmen Jurado Torresquesana. La entrevista

Nuestra sexta invitada es Carmen Jurado Torresquesana. Una escritora para muchos desconocida, pocos hemos tenido el privilegio de toparnos con su mirada.

Poseedora de una fuerte, profunda y oscura voz, ella es como el viento que pule la roca dándole alma.

Tengo el gusto de presentar a mi querida amiga, nobel y noble escritora Carmen Jurado Torresquesana

Bienvenida Carmen al Claroscuro. 


* ¿Cómo se dio tu encuentro con la poesía?

Fue inevitable. Yo venía marcada, suena raro, lo sé. No es fácil explicarlo.
En el principio fue el Verbo. Y mi madre hizo que leer fuera fácil. Me enseñó a unir las letras y a formar palabras. También puso en mis manos hilo y aguja, y me cosí a los ojos las primeras nieves alemanas, y la escalera que bajaba a la carbonera donde lo sobrenatural me salió al paso precozmente, de la mano de papá.

La palabra "mirlo" fue solapada por "lobo" y "aullido" cuando el avión me llevó a la tierra de mis abuelos maternos.  Después, los cuentos de la abuela, macabros, sangrientos, escabrosos - que podían haber sido señalados con aquellos dos rombos que prohibían a los niños acceder al mundo cuando amanecía en blanco y negro en todos los televisores- se acomodaron entre mis sienes, amontonados junto a las historias de mi padre; asombrosas, de mayor colorido, siempre contadas en invierno, cerca de la estufa.  Aquella facilidad con que se abrían los portales entre los mundos para recibir algunos miembros del clan familiar, y la relación que manteníamos con lo que se hallaba en transito junto al impulso heredado de la prehistoria, de pintar en los muros con un sentido mágico, fueron ingredientes esenciales que al reunirse en la marmita dieron cuerpo a mis "pociones", esos escritos; que aún poniendo en duda su valor literario; si puedo afirmar que curan, a mí me ayudan a sanar.


* Tus escritos se vuelcan a tu interior, en un viaje hacia dentro. Esta manera de escribir, de expresarte ¿ha sido influenciada por alguna corriente poética, algún concepto o pensamiento; o por algún poeta en particular?

Tengo en el corazón a Gloria Fuertes. La ternura de sus letras suavizó las aristas de mis primeros años, donde la vida y el sueño copulaban frenéticamente sobre la frontera que debía haber entre ellas.
Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik me alcanzaron en plena adolescencia. No terminaría de nombrar a todos los escritores que amo y me calan. Pero en particular, rodearía con un halo incandescente a E. M. Cioran, que nombró el "más allá de los extremos" y me invitó, en sueños, a encontrarlo...

* ¿Qué es la poesía en tu vida?

No lo sé. Hay algo rojo que no deja de circular. Tal vez sea la sangre. ¿Qué es la poesía en mi vida? Existo. Pinto. Escribo. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Pero no me considero poeta ni escritora. No tengo oficio. Únicamente me concentro en ser, en acecharme y buscar el modo de expresarlo. No poseo licenciaturas, ni titulaciones.... así que te dejaré una reseña bien magra... únicamente un nombre y un milagro: el libro que Rosenda Fernández y Fernando Cabal, de Mandala Ediciones, publicaron en 2015 en la colección de poesía Espacios.

* Yo tuve la fortuna de conocerte a través de las Redes Sociales, puntualmente en el grupo virtual de poesía Desde el alma; hemos compartido bellas lecturas.¿Qué opinión tienes sobre la divulgación y la formación de poetas por medio de la internet?

Sin este medio no estaríamos ahora reunidos. Propicia encuentros y crecimiento. Borra distancias y horarios. Y no puedo dejar de agradecerte a ti tu labor, artesano de alas, que nos haces volar, reuniéndonos junto a ti como invitados, amigos... Gracias por tu generosidad y también por la belleza de tu obra, que sabes, admiro.

* ¿Poesía en voz alta, o en silencio?

Soy de silencios. De voces intracraneales, Muchas veces las voces destrozan la palabra. Nunca leo mis escritos en voz alta. No tengo ninguno de los acentos que precisan. Los sueño, sabes, con los sonidos de vuestro continente, el mio, es algo más frío. En una ocasión, una muchacha argentina, actriz, de la que no llegué a saber su nombre, me leyó en voz alta.... Ella si. Ella me abrió el agua y me reconocí. Pero fue algo muy íntimo, de reducida envergadura.
Siento pánico en los espacios públicos, sobre las tarimas, delante de los micrófonos, ante las personas expectantes que asisten a las ejecuciones y a los recitales de poesía.  Confieso que poseo una envoltura frágil, pensada para labores silenciosas, con el estruendo propio, interiorizado y sin deseos de brillar.  Pero esa sensación sobrehumana de tocar el corazón de otro no puedo compararla a nada. Me hace sentir tan agradecida.


La invitada


Carmen Jurado Torresquesana, Essen, Alemania, 1967.
Se encuentra radicada en la ciudad de Barcelona.

En 2015, de la mano de Rosenda Fernández y Fernando Cabal ve la luz " Ofelia en el infierno" de  Mandala  Ediciones.

jueves, 19 de mayo de 2016

Danny Yesid León. Los poemas

Letanía 

Tengo la imagen de una casa derrumbándose, de las paredes cayendo a la nada, como mis dedos, como estas manos a las que diariamente el aire les resta una parte.

Cuando salgo en las tardes, me ataca la nostalgia y me parece que fue ayer que el piano se desafinó. Camino hacia el parque de acacias, paso por la iglesia y algo se muere en mí cuando el cementerio se levanta.

Y veo que todo está hecho de polvo, de recuerdos destinados a la lejanía y yo soy eso; el comienzo del olvido. Sobre mí pesan las nubes de un cielo calcinado por la historia, sobre mí caen despojos de palabras dichas, de bocas escuchadas con anterioridad.

Si el silencio existiera ahora, no sería más que una excusa para hacerme hablar, para que cuente la vida de los que se miran al espejo sin saber de sí mismos.

Pienso que todo está dispuesto para mi caída, pero me detienen los sueños en el último peldaño, las promesas que brotan de la inocencia, los días que he dejado pasar por no tener un almanaque en la habitación.

Tener que rondar la soledad, tener que trazar los pasos antes de caminar, tener que vestirme para mi funeral, para ese remedo del adiós, me está causando una herida, una llaga que me condena al exilio en mi propio cuerpo.



Hipótesis de un olvido

Algún día olvidaré el camino
de vuelta a casa.
Tú esperarás con una taza de café
a que regrese.
Los niños andarán viendo la tele
o jugando como siempre.
Será una tarde triste:
pasarán horas y furgones por la calle,
vendedores y sórdidos policías.
Caerá una briza,
que más que lluvia será congoja.
Recordarás que no llevé sombrilla
y temerás por un futuro resfriado.
Será así, simplemente una espera,
una llamada al trabajo o a mi madre.
Preguntarás por mí sin hallar razón:
te dirán que ya me fui, que llevaba prisa,
que por el camino compré pan
y vino para la cena.
Esperarás entonces sin más,
harás como si no te preocupara mi ausencia,
llevarás los niños a la cama,
y lavarás la loza sucia mientras fumas
y escuchas la radio.
Ya tarde, cuando cierren la tienda,
y comience el noticiero,
te vendrá el llanto.
Llorarás pausadamente, con rabia,
hasta que te dé frío
y vayas por el suéter de lana que te regalé.
Entrarás al cuarto,
no encenderás la luz.
Te sentarás en el sillón
y mirarás la cama vacía,
las sábanas en perfecto orden,
el libro que dejé en la mesa junto a la lámpara.
Sabrás entonces que no volveré,
que me he perdido,
que no será solo una noche.
Te armarás de valor
y pensarás en cómo decirles a los niños,
en cómo explicarles que olvidé el camino,
que papi no regresará.
Será una larga madrugada para tí
yendo de aquí para allá por los pasillos,
mirando por la ventana la calle desolada,
el árbol de limones que crece en el jardín.
Cuando por fin te venza el sueño
y te quedes dormida en el sofá de la sala,
soñarás conmigo.
Me verás sin memoria,
recorriendo oscuras avenidas
por donde transita una multitud sin rostro.
Me verás buscando una ruta
en medio de la nada,
preguntando por ti en la niebla.
Luego, no sabrás más de mí,
todo se podrá azul en el sueño
y sentirás que alguien abre la puerta.
Te despertarás apresurada,
pensando que soy yo,
pensando que en realidad no estaba perdido,
que me había emborrachado con algún amigo,
pero que ya regresaba a casa.
Y no será así, yo no volveré.
Al levantarte, verás que es Katia,
nuestra puntual niñera,
que llega y te da los buenos días
antes de cerrar la puerta.
Eso sucederá alguna vez
cuando olvide el camino de vuelta a casa.
Pero no será hoy, tal vez mañana,
tal vez nunca.
Hoy regresaré a casa con pan francés
y vino chileno.
Comeremos juntos
mientras los niños duermen
y el gato persigue una mariposa nocturna.
En seguida, iremos a la cama:
tú te aplicarás crema de durazno en las piernas
o simplemente me mirarás mientras leo.
Después, cuando apaguemos la lámpara
y esté todo en silencio,
haremos el amor:
lo haremos como si en un pasado remoto
o en un futuro probable,
yo hubiera olvidado
el camino de vuelta a casa.


Tendido en el lecho

                                  A Francisco Trejo, por la amistad

Que no venga el viento de antaño,
             con su arista incansable,
a poblar las hendiduras,
a hacerse ruido con la respiración
que tienta a oscuras
              las paredes de la estancia.

Que no traspase el hielo,
aterido en las ramas de los almendros,
ni trastoque la ráfaga herida,
                        entre hojas y cortezas,
esta honda postura en que yazgo.

Que todos olviden la ruta sinuosa,
a través de la maleza y los despeñaderos,
y no regrese el rumor de pasos
                  hasta mi puerta clausurada.

Que el turpial y el venado de montaña
perezca al beber del aljibe en el patio,
                           cuando la niebla se asiente
y sea de las horas un transitar desmedido.

Porque reclamo para mí el silencio,
la tranquilidad impuesta en los párpados,
esa urdimbre de sosiego
                necesaria para los abandonados.

Quiero ya la justa ración de olvido,
que nadie repare en su memoria
los recuerdos o mi cuerpo menguado
        por la violencia de tantos inviernos.

Exijo la soledad en este momento,
justo ahora que mi lecho está tendido
                   y la sangre mana sin premura.

Pero me permito una palabra más,
las sílabas desgranadas en mi pecho,
            para decir que voy como agua:
brotando de la noche,
discurriendo sin orillas y marea,
             para caer en el último sueño.

Ya no veré el vuelo de la grulla
ni el trasegar sonámbulo del jabalí,
tampoco asistiré al pregonar de la aurora,
con su tonada desleída,
                en los juncos de la cañada.

Así, entre el humo y la ceguera,
                 entre rescoldo y ceniza,
me quedaré inerte, casi murmullo,
mientras mi cuerpo ahonda el silencio
y la voz en el alma recomienza.


                                                           Danny Yesid León

Danny Yesid León. La entrevista

La voz poética de Danny Yesid León nos indica la hora cotidiana, el quehacer de los días, los rigurosos hábitos de la existencia, el paisaje sencillo, la casa, el abrazo.  Pero además palpamos en su verso  la angustia, la nostalgia, la soledad.

La joven y dinámica voz devela su recorrido poético, su experiencia, su andar.


Bienvenido poeta a Claroscuro. 


* ¿ Cuándo y cómo llegó la poesía a tu vida?

Creo que llegué por azar al oficio de escribir poemas.  Si bien es cierto que en la infancia y la adolescencia ya tenía algunas inquietudes artísticas, estas se concretaron cuando ingresé a la universidad, ya que había un taller literario (Renata, llamado en ese entonces) al cual asistí por dos años.  El taller estaba enfocado exclusivamente en la narrativa.  Sin embargo, nunca llegué a escribir cuentos o crónicas durante ese tiempo. Lo más cercano fue un puñado de poemas en prosa que, sin pensarlo, posteriormente harían parte de mi primer libro.  Considero que lo más importante de esos días fue que tomé el hábito de trasegar con las palabras, el hábito de ser más constante con la lectura y esa búsqueda literaria que nunca termina.


* ¿Cómo defines tu poesía?

Creo que la definición que uno tiene de lo que es la poesía y el oficio de escribirla va cambiando a medida que pasa el tiempo, a medida de que uno madura y ahonda en las lecturas y las experiencias que se tienen en el mundo. Al principio escribía sin otra razón más allá de la catarsis, sin mayores pretensiones. Luego, entendí que así como cualquier otro oficio, la poesía requiere también de ciertas maneras, tratamientos y disciplinas. De ahí que ahora considere al poema como un medio para materializar la vida misma, como una herramienta del lenguaje que posibilita, incluso, expresarse sobre lo inasible y lo inmaterial. Así que procuro, cuando escribo, que mis poemas trasmitan esa carga de significados de una manera estética, rigurosa y decantada.


* ¿En qué radica el encanto de la poesía?

La poesía fue una de las primeras manifestaciones artísticas del hombre y está íntimamente ligada con la música. Tal vez ahí radica su encanto: en que desde los albores de nuestra especie siempre ha sido un medio poderoso y mágico para conjurar las pasiones. 


* ¿Cuál es el hilo conductor de tu obra poética?

Creo que con cada libro me he propuesto búsquedas diferentes, tanto en lo temático como en lo estilístico. Y escribo tratando de ser fiel a eso. En Momento del decir  predomina el poema en prosa y los temas amorosos, en cambio en Desde estancias habitadas  opto por el verso de largo aliento, con una voz de corte existencial. Aún así, siento que hay temas que convergen como son la muerte, la soledad, la violencia, entre otros.  Pienso que con cada libro que emprendo los retos varían y eso hace mucho más interesante el oficio.


* ¿Hacia dónde va la poesía?

No sabría decir hacia dónde va. Creo que es difícil augurar tal cosa. Sin embargo, si miramos al género históricamente, podemos ver que siempre la poesía ha logrado adaptarse a las diversas épocas y necesidades comunicativas del hombre.  De ahí que haya evolucionado y continúe más que vigente en nuestros días. Probablemente, en un futuro, aún persistiendo el apogeo de lo virtual, la poesía seguirá encontrando nuevos recursos y maneras útiles de servirnos. 


El invitado



Danny Yesid León Moncada, Bucaramanga, Colombia, 1990. Cursó estudios de Licenciatura en Español y Literatura. Actualmente se desempeña como Consejero Departamental de Cultura y director del Encuentro Internacional de Poesía de Bucaramanga. 

Textos suyos han aparecido en periódicos como Vanguardia Liberal y El Frente, además de las revistas de poesía Luna Nueva, La Raíz Invertida, Revista Ombligo, Punto en Línea, Mexican Cutural Centre y Revista Contratiempo, entre otras.  Fue incluido en el libro Espejos de doble filo, antología binacional de poesía sobre la violencia, Colombia-México (Ediciones Atrasalante). 

Preparó las antologías La voz alucinada y La oscuridad tras el relámpago (Ediciones UIS). 

Ha publicado los libros: 

Momento del decir (primer puesto en el VIII Concurso Internacional Buenaventuriano de Poesía)
Cantar de bruma (Ediciones UIS)
Desde estancias habitadas (Premio de Poesía Editorial Praxis, 2014)

miércoles, 18 de mayo de 2016

Camila Charry Noriega. Los poemas

Poema retórico sobre Spinoza 

Desterrado de la sinagoga
Spinoza avanza por la calle
de gabardina rasgada por el puñal del asesino.
Ya sabía que acá la muerte
es flecha de luz
y apacible destino.

Sabía que decir persona es como decir rincón de nada,
y sabía que solo hay colisiones, choques,
que definir cualquier cosa es definir sus relaciones;
decir que un pez es pez, es entrar en una relación,
no hay pez puro,
su sustancia es artificio de otra cosa sin realidad ni tiempo.

Pulir lentes como renuncia definitiva,
se necesita de este oficio para hallar la hondura;
la renuncia también es una potencia
no el fracaso.

Así que sobre el mundo, Dios,
en relación a sí mismo
es el rostro de la descomposición
oposición a la vida en su más cierto quehacer
la vida, ese caer de moscas
sobre el sueño de la tierra,
ofuscación de dientes que sostienen su flujo,
Bacon que desgarra los objetos.

Solo se gana el cielo si se ha sido un buen esclavo;
en el reino animal
morir es un privilegio
los animales siguen su relación con la muerte
sin holocausto, sin esclavitud,
no hay obrero que viva sobre el abismo
sin la muerte en las entrañas,
animal extraviado de la manada
reconoce su estado y calla.
Auto reguladora, la naturaleza se crea y se destruye;
el castor hace presas y el hombre caos.



Magdalena

De una vieja ceiba
tres soldados cuelgan a un perro de manchas cafés.
Como repitiendo los gestos de un espíritu cruel
intentan desprender la cabeza del animal
intentan separarla de su cuerpo.
Por turnos estiran la cadena
que une al perro con el árbol
fuman,
ríen
toman aguardiente
en improvisadas copas hechas de totumo.

Matan el tiempo entre la selva,
se divierten cuando el perro aúlla
y su llanto animal se extiende tremendo
hasta que al fin la cabeza
del cuerpo se separa.
Entonces toman sus fusiles en silencio
y vuelven por la espesa selva
tranquilos
a sus rondas nocturnas.



Calvario

La res se tiende sobre la hierba y espera la herida
la luz del cuchillo;
ese segundo de olvido que conduce a lo otro.
Para evitar el hambre
la madre sumerge el rostro de su hijo
en las entrañas tibias de la res;
ese universo de carne y vísceras.

En los ojos abiertos de la res muerta
el niño se contempla un instante
y comprende sus propios ojos,
su voz sorda
deformada por su aliento
y por el aliento último de todo lo que existe.



LA PALABRA HA MUERTO,

sin ella
¿Cómo nombrar a Dios?
En el silencio,
en la ausencia de palabra
el mundo flota como una idea
ensombrecida, virtuosa
y también Dios
su lenguaje hecho de capricho humano
de humana incertidumbre.

Ahora, cuando no hay palabra
cuando el lenguaje abandona
su servidumbre,
su súplica, aún digo:
-Dios, sálvame de tu furia,
dame luz y sed
protégeme de mí misma,
aunque sea haz que en mí las palabras digan algo
traigan algo
revelen alguna verdad
si es que acaso existes-




                                                   Camila Charry Noriega




Camila Charry Noriega. La entrevista

La voz de Camila Charry  desgrana la luz, hurga el fondo hasta encontrar su sombra, allí busca a Dios y encuentra al hombre;  y resulta que ninguno existe, o ambos existen subyugados uno al otro. 

Nuestra cuarta poeta invitada a Claroscuro nos guía por el interminable río del tiempo, nos embarca en un viaje "llanura adentro, noche adentro"

Bienvenida Camila al espacio Claroscuro. 

* ¿Cuál es el espíritu de cada uno de tus libros, hay alguno con el qué te sientas más comprometida?

Si hay un espíritu que yo quisiera que atravesara los libros, sería ese espíritu milenario de crear mundos a través del lenguaje. Sin embargo, al terminarlos adquieren vida propia, ya no me pertenecen y son independientes. Al volver sobre ellos los encuentro como momentos de un proceso interminable.  En el primero, Detrás de la bruma, falta madurez y reflexión, falta autocrítica. Los posteriores libros, Otros ojos, El sol y la carne, se mueven ya, o eso quisiera creer, sobre un pensamiento más elaborado, reconozco un trabajo más atento en las palabras, en lo que persiguen y en los espacios que construyen. También siento que logré desprenderme un poco del YO que recorre el primero. Estos libros se levantan sobre preocupaciones cotidianas, sobre la necesidad de pensar y comprender aquello que conmociona y que busca en el discurrir del poema, un espacio de encuentro entre lo decible y lo invisible.  En cuanto al compromiso, como yo lo entiendo, la poesía como cualquier otro oficio que se escoja, requiere de tiempo y de trabajo, de disciplina, así que estoy igual de comprometida con todos los libros; dedico el tiempo necesario, que nunca es suficiente para revisar, editar, corregir y muchas también eliminar.  Considero que la escritura es un proceso constante, rutinario y en permanente trasformación, no necesariamente una progresión de perfeccionamiento, sino de experimentos, unos mejores que otros.  Los dos últimos libros surgen de ese proceso, de sopesar con cuidado lo que se quiere, de encontrar un equilibrio entre emoción y pensamiento, de la búsqueda por construir una voz propia, ojalá polifónica.  Aunque hay temas y preocupaciones que se repiten la mirada y la atención se han modificado. 

Por otro lado el compromiso puede ser político, social o ideológico. Creo en la potencia del arte para transformar la realidad, pero no pretendo hablar en nombre de nadie, me gustaría pensar que no hablo desde ninguna de estas posturas, descreo de cualquier partido o ideal de sociedad, pero también sé que no es posible dar la espalda a los problemas que aquejan el presente.  Prefiero los pequeños actos de voluntad individual que buscan el bien común sin recompensa ni reconocimiento.  Doy valor a todos aquellos actos cotidianos, que son políticos también, y buscan la libertad ideal o no. 


* ¿Cómo describes tu poesía?

Como una forma de pensar y de sentir, como una forma de relacionarme con el lenguaje y sus facultades creativas. 


* ¿La poesía responde a las necesidades de una época, a un modo de pensar, de sentir, de relacionarse y comprender una realidad específica?

Toda poesía es producto de su tiempo, como dice Pellegrine: "El verdadero poeta es siempre actual, pertenece a su época no en la revelación de lo anecdótico, de lo documental, sino como representante de las aspiraciones de un hombre colocado en un instante determinado del acontecer".  Es evidente que el escritor habla desde una posición de la que no puede desprenderse, de la realidad con todos sus pliegues. También es cierto que la poesía dialoga con el pasado y desde allí teje puentes hacia el presente; no se puede escribir sin conocer la tradición, en ese sentido, toda poesía es contemporánea. 


* ¿Sino fuera la poesía el lenguaje elegido, la manera de estar en el mundo; cuál sería entonces?

Entre las muchas maneras de habitar el mundo, si tuviera la oportunidad, no escogería otra diferente. 


* ¿Por qué creer en la poesía?

La poesía no necesita adeptos ni pastores evangelizadores. si la poesía salva y redime depende de cada experiencia individual. Aunque se comparte, puede ser colectiva y puede unir a los seres humanos, no es su tarea buscar creyentes. 



La invitada 


Camila Charry Noriega. Bogotá, Colombia. Profesora de literatura, lectura y escritura crítica con énfasis en arte.

Ha publicado los libros:
Detrás de la bruma, Fundación Común Presencia, Colección Los conjurados
El día de hoy, Garcín Ediciones
Otros ojos, El ángel editor
El sol y la carne, Ediciones Torremozas



miércoles, 4 de mayo de 2016

Luis Hernando Guerra Tovar. Los poemas

La flor 

                                                                  
                                                       A Luz Mary Casallas 

Una flor
como el rostro de una mujer
encendido de deseo
llegó hasta mi sueño
Me dijo: el lugar está escrito
no puedes escapar a mi perfume
la sonrisa del cielo es nuestra vida
y esa luna de cada luna
nos pertenece
Reinventa tu paso
vale la pena intentar el paraíso.


Piedra o nube

                                                                              
                                                               A Eleazar Plaza Oleny

El bosque anida el grito
de pájaros heridos por el fuego
en la tarde ondulada
cuando el viento riza
peina la copa de los árboles
y el agua
piedra o nube
desde la oscura cavidad del cielo se redime
cae gozosa
se vuelve río.


Pasajero

Pasajero de la noche intenta el alba
cumple el destino de tu viaje
no desciendas antes
que el ave anuncie el retiro de las sombras
en cualquier esquina
alguien acecha el paso nervioso de la hora.




Puerta 

Por la puerta abierta alguien entra o sale.
O, tal vez, es la sombra del que pasa,
de quien se aleja.



                                                      Luis Hernando Guerra Tovar

Luis Hernando Guerra Tovar. La entrevista

El poeta Luis Hernando Guerra Tovar ahonda en las sombras de la palabra. Él como buen artesano conoce su materia prima, la ve nacer, crecer, madurar. Sabe de la contundencia de las palabras y el silencio.

Luis Hernando recrea el mundo, lo desnuda, lo cubre, sana sus heridas, las heridas del poeta, las heridas del hombre. 

Es un honor para Claroscuro presentar al poeta Luis Hernando Guerra Tovar.



* ¿Cómo nacen tus poemas?


Mis poemas nacen de la visitación, del advenimiento, de la epifanía. Ella, la poesía, está en el interior, en el inconsciente y, merced a estímulos y tentaciones especiales externos, aflora. Casi siempre aparece un primer verso, una semilla que va creciendo, se va volviendo cada vez más consciente, va tomando fuerza, cuerpo.  Yo lo dejo allí, le impongo la espera para que se geste, madure. No hay en este proceso de gestación, en esta preñez, ningún afán. Y de pronto nace. Esta criatura nueva, este hijo de las entrañas del Ser, que ha podido estar en el interior por siglos, a veces nace casi completo. Entonces sólo hay que hacerle algunas atenciones pos-parto y ya, un nuevo hecho poético aparece en la escena de la realidad.
Tengo fresco el parto de Fisuras, un texto de mi reciente poemario El tiempo que nos resta .  Por años me asedió un pensamiento: " todo escombro tiene su precio".
Fueron varios años en que rondaba por ahí en el claroscuro, en el límite entre la luz y la sombra, esa delgada línea entre la realidad y la literatura. Hasta que una noche, sucedió el advenimiento.



* ¿Cuáles son tus obsesiones poéticas?


Quienes me han leído con atención saben que mi obsesión poética - así en singular- es la "ciega luz". Esa condición de incompletud del hombre, que es terrible, dolorosa. Todo sufrimiento del hombre tiene su génesis en este hecho: El hombre nace inacabado.   A diferencia del animal, el ser humano requiere  un buen tiempo pos-parto para desarrollarse, por lo menos 20 años debe estar al cuidado de los padres, antes de que pueda valerse por sí mismo. Eso por una parte. Por la otra, resulta que el hombre tiene algo nuevo frente al animal, su vecino en la evolución: La consciencia. Pero esta consciencia es poca, un 5% de luz, lo demás es pura sombra. Allí, en este hecho, más allá de posturas religiosas, filosóficas o científicas, está mi poesía. Y no solo mi poesía, la poesía en sí misma. Este es un hecho universal, cósmico. El misterio, el asombro, la lucidez que hiere, la constatación de esta ausencia, es la fuente de donde han bebido y beben los verdaderos poetas.

Gerbasi dice: " Sólo la noche sabe que ando oculto en mi propia sombra".  Y Paul Eluard conviene: " Soy una sombra en la oscuridad".  Pero es Omar Khayyam quien lo plantea de una manera más fuerte, a mi manera de ver: "Entonces clamé al mismo cielo preguntando: -¿Qué lámpara tiene el destino para guiar a sus pequeñuelos vacilante en la oscuridad? Y el cielo respondió: un entendimiento ciego."  A esa ciega luz le canta mi palabra.



* ¿Qué opinión tienes sobre la poesía colombiana actual?


La poesía colombiana actual pasa por un buen canto, si hacemos una reflexión comparada, esto es, si miramos el entorno, qué pasa, qué se está gestando poéticamente en nuestros vecinos, nos enteramos que ahora estamos a la par con naciones como Venezuela, Perú, Argentina, Chile, el mismo Ecuador y México, países que en el pasado cercano nos llevaban ventaja,  Creo que nuestro conflicto interno, la violencia recrudecida a mediados del siglo pasado con el magnicidio de Gaitán y la confluencia de otros factores de alteración de la armonía, que denominamos con el desgastado, manoseado, y vilipendiado sustantivo "PAZ", ha propiciado una respuesta por parte de los poetas, que se manifiesta en una mejor poesía, más honda, más auténtica; cercana a lo espiritual, incluso al hecho místico y religioso. Poetas como Hernández Socarrás, Nelson Romero Guzmán, Gonzalo Márquez Cristo, Gustavo Tatis Guerra, Rómulo Bustos Aguirre, Amparo Inés Osorio, Nana Rodriguez Romero, Pedro Arturo Estrada, Gustavo Adolfo Garcés, Eugenia Sánchez Nieto, Jorge Cadavid, Enrique Rodriguez Pérez, y más recientemente, Sandra Uribe Pérez, Camila Charry Noriega, Hellman Pardo, Felipe García Quintero, Yonny Vanegas, para mencionar sólo algunos de una lista mucho más larga, dan cuenta de una palabra que, repito se ubica en el contexto de lo que en Latinoamérica se gesta en poesía.



* ¿Hay autores que hayan influenciado tu poesía, de qué manera?


En mis primeras lecturas, en la época del colegio, aparecen Porfirio Barba Jacob, Guillermo Valencia, Eduardo Castillo y Aurelio Arturo, para recordar los que creo dejaron alguna huella, alguna resonancia en mi poesía, entre los colombianos.
Vallejo, Neruda y Borges, así como Tralk, los poetas de la escuela hermética italiana, Ungaretti, Montale y Quasimodo,la poesía oriental, se reflejan de alguna manera como resonancia en mi poesía, en las dos etapas configuradas de mi obra. Pero claro, debo advertir que esto se da a partir de una interiorización de las lecturas. Nunca he estado de acuerdo con lo que al respecto afirman algunos realizadores de talleres e incluso profesores de literatura en el sentido de que le enseñan a sus discípulos que pueden empezar su proceso creativo imitando a poetas mayores, no me parece. La imitación del otro es un paso muy cercano al plagio o por lo menos a  la inautenticidad.



* ¿Hacia dónde va la poesía?


La poesía va, cada vez más, hacia la espiritualidad. La poesía está siendo en los últimos años el instrumento del hombre para encontrar respuestas que no le proveen ni la filosofía, ni la ciencia, ni mucho menos la tecnología. Esta última, la tecnología, contrario sensu, en vez de luz, de respuestas, está sumiendo al hombre contemporáneo en más oscuridad. Nunca antes el hombre ha estado tan ausente, tan inconsciente, tan automatizado como ahora. Basta mirar en las calles, en los autobuses, en los templos, palacios y prostíbulos, -los lugares que el hombre más frecuenta- la proliferación de seres llenos de cables, audífonos, que se interconectan por debajo de la ropa a teléfonos celulares.  La poesía es la única alternativa que le queda al hombre para acceder a la luz, a la iluminación. En este sentido, la poiesis cumple un papel rei-vindicador de la religión, esto es de verdadera religión en tanto trascendencia del Ser. El poeta de mañana va a ser el verdadero Profeta. Ya lo dijo Cardoza y Aragón: "La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre",comprendiendo esto, en el sentido de que sólo la poesía -y con ella todo el arte, por que ya sabemos que el arte es, en tanto vasija de contenido poético- la única vía posible para que el hombre no se auto elimine; prevalezca como especie.


El invitado 


Luis Hernando Guerra Tovar: Armero-Guayabal, Tolima, Colombia, 1954. Poeta y ensayista. Abogado de la Universidad Libre.

Autor de los siguientes libros de poesía:

Pájaro azul, (Linotipia Bolivar),1994
La noche del árbol, (Sociedad de la imaginación), 1998
Ciega luz, (Común presencia),2004
Sombra embestida, (Colección Los Conjurados), 2007
En la curva del río. Antología, (Colección Viernes de Poesía, Universidad Nacional de Colombia),   2009
Tríptico de la luz. (Colección 50 poetas colombianos, Caza de libros), 2010
El tiempo que nos resta, (Cuadernos negros, editorial),2014

Su obra figura además en varias antologías de poetas latinoaméricanos. 

También es colaborador de  revistas culturales y de poesía tales como: 
La Pájara Pinta de España
Los periódicos El nuevo día y Con-fabulación de Colombia