martes, 28 de marzo de 2017

Álvaro Neil Franco Zambrano. Los poemas

Poema de la abuela Lucrecia

                                                                                                                     A mi tía abuela Lucrecia Franco

Hubo alguna vez
allá por las fiestas de San Juan
alguien que se sigue llamando
Lucrecia con trencitas para llevar los días
y arco iris a cuadros
donde el guarrús no falta nunca
ni tampoco la buena pataleta
en defensa de nosotros los niños

Sus huevos fritos no son más
que el sol de los venados y la luna menguante
en que mi padre cortaba el encenillo

Abrazada en las tardes a un horcón del patio
cultiva miradas azulejas
de tanto irse de memoria
hasta los riscos de la sierra

Desde los rincones de la cocina
su cuerpo de escopeta de fisto
custodia todavía las floridas de adobe

Aún mantiene la manía
de soñarse enroscada
junto a la cachivachería
que guarda en los canastos
-Hay que estar en todas como Roque Puya-
dice Lucrecia
cuando nos demoramos en hacer un mandado

Cantaora de coplas a los amores insoportables
al tiempo de cardarse con gránulos de tierra

Olvidábamos decir
que con sus manos de carbón incandescente
extiende la ropa del picur
donde resalta el estampado del perejil y el ajo
en eso de las medias nueves

Ahora
mientras ya jamás jugamos la pelota de papel
y uno tras otro hemos ido abandonando la casa
le quedan unas cuantas monedas
entre el nudo blanco de los senos
para invitarnos a una ronda de vikingos
Demasiado limonero y lombrices
para ir por el mundo
como gallina clueca sin polluelos.


                                                        De La saga de los clavellinos (Universidad del Valle, 2008)


Clima tropical de montaña

En este clima tropical de montaña
la sangre se forma en los amigos
la mirada va siendo la nostalgia de unos ojos
que la vida se llevó río abajo

Acá por las ollas del guarapo
entramos en las casas
a saludar las visitas
que nos presentan las libélulas

Hay adioses de bijao
que envuelven con la brisa del Suárez
nubes mensajeras de este olor a guayaba
que nos quedó por alma
de este corazón maduro de gusanos blancos
al que ni siquiera su propia tierra lo recoge
laderas iluminadas de camuros
que mastican nuestra esencia de abismo
desde cuando nos desterraron del ombligo

Si algo hemos sido
es ese tren que no alcanzamos a vivir
pero nos pita en la memoria
cuando madrugamos
en la palabra de nuestros abuelos.


                                                  De La saga de los clavellinos (Universidad del Valle, 2008)



Lo que tengo

Un rostro de guijarro
pulido por los sueños
de mis antepasados

Sapitos     muchos sapitos
para llevarte serenata
hasta esa orilla negra
trenzada de relámpagos

Manitas    muchas manitas
para pintarte
un vestido con flores de guayaba
en el remolino salvaje
de tu cuerpo

Un caballito de madera
para que recorramos
los mapas de las nubes

Un columpio
para llevarte al cielo
donde danza el infierno
que calienta mi alma

Soldaditos de plomo
muchos    soldaditos de plomo
para cuidar tus sueños
de muñeca de trapo.


                                                     De Temblor de isla (Rosa Blindada Ediciones, Cali, 2016)


Canción para Carmen Emilia 

Mi vida está pendiente de una rosa
Ella es hermosa y aunque tenga espinas
Me la voy a llevar a mi ranchito
Porque es muy linda mi rosa momposina

José Barros

Confieso haber vivido
recostado en una mecedora
mirando pasar
un vestido de taruyas
que monta en bicicleta
y reparte arroz con coco
cada vez que se ríe

Con sus brazos de agua
donde la piel cantora
de los bogas
palpita de nostalgia
el humo azul de las aldeas

Con su cola de totumo
que se alumbra de música
a medida
que se entra en la noche

Con su mata de pelo acalorada
donde la luna sabe a jugo de naranja

Con sus muslos de canela
por donde las iguanas trepan
para beberse el cielo

Con sus senos de atarraya
que abren sus plomos
para soñarse
con los pescaditos de oro
del coronel Aureliano Buendía

Yo
gobernador de la ínsula Barataria
soy aireado en mi delirio
con sus manos de palmera
que me dicen adiós.


                                                  De Temblor de isla (Rosa Blindada Ediciones, Cali, 2016)


                                              Álvaro Neil Franco Zambrano







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